Acabo de regresar de Cúcuta, la capital de la
región de Norte de Santander en Colombia, donde junto a mi buen amigo David Mora, vamos a desarrollar e implantar el club de producto de turismo de salud
para este destino.
Han sido unos duros meses de trabajo para dar
comienzo a este proyecto, pero he de decir que ha sido un arranque apasionante pues
nos hemos encontrado una ciudad de unos 800.000 habitantes volcada en el
comercio, con mucha vida en la calle, amable y abierta por su carácter
fronterizo con Venezuela y llena de clínicas y centros orientados hacia la
mejora de la salud y el cuidado corporal. Además cuenta con algo más de 100
establecimientos hoteleros y conexión aérea con Bogotá y Panamá, lo que sitúa
al destino con capacidad y al alcance de todo el mundo.
Este escenario nos ha permitido valorar que
de entrada y, aunque no existe mucho desarrollo turístico en cuanto a
infraestructuras básicas, algunos eslabones de la cadena de valor y
planificación estratégica, la ciudad cuenta con los mimbres para ser un destino
de turismo de salud en la región.
Uno de los objetivos de este primer viaje ha
sido el ofrecer a las empresas, las gremiales del sector y todos aquellos
organismos implicados en el proyecto, como la comisión mixta o la propia Cámara
de comercio, una visión del modelo de trabajo de un Club de Producto Turístico, principalmente orientado a tejer
redes en función de un clima de confianza y bien organizado, que de pie a la
consolidación de un producto sólido y comercializable sobre turismo de salud.
También ha habido tiempo para conocer la
gastronomía local, pasear por sus calles y conocer algunos de los recursos
turísticos de referencia como la Bagatela (situada en Villa del Rosario), cuna
de la independencia de Colombia.
En definitiva, hemos motivado a los socios,
entendido su realidad y ahora toca enseñarles el camino. Desde luego regresamos
del viaje con mucho aprendido y un gran trabajo por delante.